1/11/17

Carpe diem! o hay que aprovechar el momento.


Este inquietante tópico que desde Horacio y Ausonio hasta Ronsard y Yeats toca las cuerdas más delicadas y canallas de una sensibilidad simbolista y escéptica, epicúrea y melancólica, se convierte en manos de la anoréxica mentalidad actual en el branding de los influencers más superficiales. El cultismo exquisito y pedante de la poesía se transforma en el glorioso y putrefacto anglicismo de la mercadotecnia. Con la mirada puesta entre la alegoría medieval y el desengaño barroco, los clásicos animaban a recoger las rosas de la juventud y a aspirar el aroma de sus días, sin retrasarse. La vejez, sabia e impotente, cruel, habría adquirido este conocimiento al precio de su pérdida. Atenta a la rentabilidad económica, nuestra época moderniqui traduciría así el lema horaciano: atibórrate instantáneamente de pastillas y de bótox. Mientras aprovechas la inercia -el momentum- de la juventud, podrás a duras penas desdibujar las huellas morales del paso del tiempo. En el bulímico esfuerzo por permanecer joven, por no sufrir el descarte de la edad, no se pretende borrar los años, sino lesionar en el propio rostro la imagen real de su vejez. Espectral e irónica, ensayará con una grotesca mueca jovial su particular Danza de la Muerte.

3 comentarios:

  1. Hombre, por fin. Esperaba con ansia que arremetieras contra el "carpe diem" y aquí esta. En esta ocasión, sin embargo, te muestras un poco blando pues vas a lo más atacable, lo que está en primera línea, el bótox, la viejo-fobia y la joven-filia y demás. Deberías hundir más hondo la pica y arremeter contra la ideología "carpe diem" del desesperado, del descreído, del cínico, que se ha extendido como una mancha de aceite hasta contaminarnos a todos, el "¡disfruta!" de quien ha perdido la fe y la esperanza y todo lo fía al gozo desesperado de un instante ya impermeable a la eternidad.

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    1. Hoy, que se cumplen cien años de la muerte de Léon Bloy, cabría recordar una entrada de sus Diarios: "Lo que más nos aflige, es la sucesión, la ley del Tiempo. Semejantes a Dios, partícipes de su Naturaleza divina, Dios es nosotros mismos, tenemos la necesidad de verlo todo, de sentirlo todo, simultáneamente. La Caída es haber caído de la Eternidad". El instante es el simulacro -la manzana del conocimiento- de la Eternidad. Sin duda, diabólico...

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  2. Cuán de acuerdo estoy con Bloy (con el que no puedo en tantas otras cosas) y contigo en este punto. Esta aflicción la conozco porque la padezco todos los días.

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