2/6/17

Todos somos diferentes.


Camino por la calle y tropiezo con el anuncio de una franquicia de flexible implantología dental donde asoma un joven de amplia y perfecta sonrisa que, con la garantía de un inflamable premio nacional de educación, expone que “cada alumno es diferente y mi misión es adaptarme a todos”. El anunciante remacha que “las cosas importantes se consiguen con un método que funciona” (sic, la cursiva). En estricta lógica no no contradictoria, no hay otra metodología que la del caso singular, único y cerrado en sí mismo, particular y no generalizable. Los medievales definían esta postura como nominalista. No existen géneros, sólo especies. Sin ironía, cabría deducir que la innovación pedagógica más luminosa reproduciría, sarcásticamente, la escolástica más oscura y decadente. Más que un educador, necesitamos un comercial. Más que una palabra, una sonrisa o su emoticón. ¿Estás satisfecho? Ese es nuestro compromiso. Desde tantos euros, lo que quieras. Te convertiremos en una mónada (o en una gónada, tanto da). No existe más capacidad de socialización que la adulación de tus fantasías. Por un precio, mereces nuestra completa y exclusiva empatía. ¡Ay de nosotros, si no! La diferencia nos iguala a tod@s: ese es el método que funciona.

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